Presentación y hormonas

Por si no era obvio esto es un blog sobre mi transición y lo escribo para intentar resolver dudas de compañeros que quieran buscar testimonios o información al respecto.

Ya no se lleva lo de los blogs, pero no me veía enseñando la cara en un vídeo público y hablando sin pudor de mi vida delante de una cámara. Soy demasiado reservado para eso, pero sí que quería contar mi historia porque, en su momento (y todavía algunas veces), busqué la experiencia de otros para tomar algunas decisiones.

¿Qué puedo aportar entonces? Pues soy un hombre trans (en mi cabeza sólo suena “chico” porque mi autoestima sigue siendo un poco frágil) que siempre he buscado verme lo más cis posible. Esta es una preferencia personal. Mi imagen de mí mismo era un macho ibérico con barba y pectorales y eso he ido buscando a lo largo de mi vida. No todo el mundo tiene que buscar eso, esto es una decisión privada e intransferible y, en mi caso, mi imagen mental de mí mismo es muy masculina. Tengo migrañas muy fuertes desde la infancia cuyas crisis apenas pasan con tratamiento a plenas dosis, pero sin otra patología de base. Además de eso soy médico, aunque mi verdadera pasión son las artes, pero no me voy a poner melodramático.

Llevo hormonándome desde hace 11 años y me he hecho la mastectomía y la histerectomía hace 5 y 4 años respectivamente. Creo que he tenido suerte por muchas cosas, aunque otras ha sido también mi capacidad de aceptar mi vida y pelear por ella. Por ejemplo, he tenido suerte con mi familia, que siempre han sido de mente abierta y prácticamente fueron ellos los que me “sacaron del armario” en el pueblo donde vivo diciéndole a los vecinos de toda la vida cuál era mi verdadera identidad de forma que un día, sin yo enterarme, empezaron a saludarme con mi nombre sin haber hecho yo absolutamente nada. También tuve suerte con mi físico. Ya antes de hormonarme tenía un fenotipo bastante “masculino” de forma que tenía passing incluso sin haber empezado las hormonas. Obviamente con la edad iba empeorando, pero una vez que empecé las hormonas ya nadie volvió a leerme como una mujer. En mi caso lo considero una ventaja porque, repito, soy muy reservado y receloso con mi privacidad y creo que me he ahorrado muchos conflictos gracias a eso. Además, me ha servido muy bien como arma para que la gente me hablase abiertamente sobre sus opiniones sobre la gente trans (la mayoría bastante lamentables).

Pero realmente lo interesante y lo que quiero compartir no es lo fácil que me resultó tener passing o adaptarme, sino mi experiencia hormonal y con las cirugías.

Bueno, como curiosidad no puedo aguantarme el decir que yo todavía tuve que pasar por un cribado psiquiátrico para para me diagnosticasen de trans y descartase que tuviera una enfermedad mental que me hiciese inventarme mi condición o algo parecido. Fue muy patético y lo que más recuerdo fue a la psiquiatra (una estúpida) repetirme que yo era demasiado inteligente y que perfectamente podía estar mintiéndole respecto a mi condición. Como si yo fuese allí buscando engañarla para que se creyera que yo era trans cuando simplemente era una lesbiana buch aburrida en su casa. En fin.

Desde el principio empecé con sobres diarios de testogel y, la verdad, siempre estuve encantado. Es cierto que tener un tratamiento diario de forma crónica se hace un poco cargante. Lo que más recuerdo es emparanoiarme cuando iba a dormir fuera o salía de fiesta para no olvidármelo y, realmente, fueron muy pocas veces las que me lo olvidé (la mayoría ya trabajando por  no poder pararme a echármelo). Con la dosis diaria de 25mg tuve siempre suficiente y la verdad es que nunca noté ningún efecto secundario extraño como los que comentan de las inyecciones sobre tener bajones o subidones. Para mí estuvo todo muy bien siempre. Salvo el principio, claro. Como todos, tuve que pasar la menopausia que, sinceramente, fue una época bastante latosa (hoy día me río de lo mucho que entiendo a las señoras de más de 65 años). 

Al principio tuve sofocos horribles, de la talla de empezar a sudar como una fuente y empaparme;  literalmente. Podía pasarme de día y de noche y me despertaba empapado en la cama como si estuviese enfermo. No recuerdo haber tenido grandes cambios de humor, porque la supuesta agresividad de la que me alertaba la endocrino se compensó con que yo estaba más feliz que en toda mi vida.

Recuerdo también el acné horrible que me destrozó la cara y la espalda. Me dolió todo mucho durante mucho tiempo. Mi cara era un cráter de pus que me dolía a todas horas y el subnormal de mi dermatólogo se negó a tratarme con retinoides porque no tenía ni idea de cómo funcionaba el tratamiento hormonal y no quería arriesgarse a mezclarlos. Gracias a él tengo toda la cara y espalda marcadas, pero nada que no me dé algo de personalidad, supongo. La verdad es que le tengo más rencor por lo mal que lo pasé con los dolores y los picores que por las marcas.

Respecto a la piel, aunque le acné ahora se limita a algún grano puntual cuando como lo que no debo, sí que persiste y ha empeorado la dermatitis seborreica en el cuero cabelludo, la barba y otras zonas de sebo. Tengo que estar muy encima del tema y me produce caspa y picores (es algo que ha empeorado en el último año), pero creo que es un precio pequeño en comparación al resto.

También empecé a tener pelo por todas partes, pero eso fue algo que me gustó. Yo ya era muy peludo de base y fue algo que incrementó (y creo que sigue incrementando) con los años. Apunte importante, la barba tardó mucho tiempo en cerrárseme. Primero pensé que se me iba a quedar parcheada, lacia y horrible, pero con los años se ha ido tupiendo y los únicos parches son los de las zonas de cicatrices por culpa del dermatólogo. Así que mi consejo es: mucha paciencia. Obviamente cada uno es diferente, pero habitualmente si eres moreno la barba acabará tupiéndose con los años de hormonación.

La voz fue una de las cosas que más me avergonzó al principio porque enseguida empieza a ponerse ronca, como si estuvieses afónico durante varios mese, y es lo que la gente nota primero cuando todavía estás en proceso de dar explicaciones. Estuve como un años con la voz tomada, pero luego se estabilizó bastante. Es cierto que todavía a día de hoy tengo gallos y molestias, aunque creo que eso puede arreglarse si vas a alguna clase de fonación o similar.

El cuerpo tarda, pero acaba cambiando. En mi caso no fui el alumno más aplicado y no hice el ejercicio que debía (me daba mucha pereza), pero lo recomiendo 100% porque he visto a muchos chicos trans con cuerpazos por tomarse la molestia de hacer ejercicio nada más empezar a hormonarse. De todas formas, aun siendo yo muy perezoso para eso y tener mucha cadera de base, el cuerpo me cambió bastante con el paso de los años. Siempre seré caderón porque además empecé a hormonarme cuando ya tenía el cuerpo formado por mis anteriores hormonas, pero mejora un poco.

Creo que esos son los aspectos más relevantes de mi hormonación. Hace unos 4 meses cambié la testosterona en gel por inyecciones intramusculares cada 3 meses por primera vez en la vida. No es que no estuviese contento con ellos, pero por mi trabajo y la variabilidad de los niveles de testosterona en mis últimos controles mi endocrino me lo propuso considerando lo mejor para mí y la verdad es que es infinitamente más cómodo (aunque el pinchazo duela un rato). Pero todavía no he tenido ningún control endocrinológico desde el cambio, así que no puedo comentar aspectos muy técnicos de momento. Lo que sí puedo decir es que las últimas semanas antes del segundo pinchazo me sentí muy decaído y apático, así que, por poco que fluctúen los niveles (aparentemente la inyección intramuscular cada 3 meses proporciona unos niveles muy estables de testosterona) sí que noté por primera vez la bajada de los niveles en el último mes y, sobre todo, la mejoría al ponerme la siguiente dosis. Es cierto que me advirtieron de que las primeras dosis podían quedarse algo cortas e igual había que ponerlas cada 2 mese en lugar de cada 3 y luego ya se iba estabilizando la cosa.

En fin, en términos generales estoy muy bien y que la inyección sea cada tanto tiempo hace que casi me haya olvidado de que tengo un tratamiento crónico y eso psicológicamente es muy bueno.

Sobre las migrañas, pasé miedo los primeros meses porque me dijeron que podían empeorar y sí tuve un momento con más crisis, pero después mejoraron bastante. De todas formas ya llevo mucho escrito así que creo que eso lo dejaré para una entrada más específica.

Espero que mi experiencia le sea de utilidad a otros compañeros que tengan dudas. Sois libres de preguntar cualquier inquietud o pedirme que profundice en algo concreto.

Súper importante: todo mi proceso ha sido siempre bajo supervisión médica. No os pongáis a hormonaros sin supervisión porque puede tener efectos secundarios y complicaciones graves.

Un saludo y enseñad los dientes.



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