Mastectomía

Bueno, podría hablar de mil cosas más respecto al proceso de hormonación, pero creo que las cirugías son de las cosas que más interesa conocer. También me gustaría hacer una entrada sobre cómo entré en el protocolo de hormonación para personas trans porque, aunque con la nueva ley ya no hay que pelearse con todo el mundo para poder hormonarte y tener tu DNI sí que me gustaría hablar de las peripecias que tuvimos que pasar algunos (no tan viejos) para poder empezar a vivir dignamente.

En fin, la mastectomía. Yo no tenía mucho pecho y era más bien caído. Cuando en la adolescencia me salió el pecho yo estaba bastante más gordo, pero a lo largo de los años fui adelgazando y se me quedaron unos pecho caídos, con estrías y desinflados. O sea, se quedaron pechos más bien pequeños y chuchurríos, pero me generaban muchísima disforia. Antes de hubiese acceso sencillo a cobertores utilizaba tops de entrenamiento muy ajustados y después me llegué a comprar una faja costal. Recuerdo que era bastante agobiante, pero me sentía mucho mejor al verme con el pecho plano. De hecho, cuando empecé a usar la faja y no se notaba nada de pecho gané muchísima seguridad en mí mismo.


Mi primer binder lo compré en AliExpress cuando empezaba a ser sonado como “el chino de internet” y me dio la vida. He de decir que funcionó genial, no me ahogaba tanto como la faja costal y me ayudó muchísimo a mejorar mi calidad de vida. Lo recomiendo 100% y ahora mismo es súper fácil de conseguir y no porque sea más barato que en tiendas especializadas va a ser de mala calidad, doy fe.

El caso que es, aunque de cara al público yo tuviese passing total con el binder, al quitármelo y verme en casa yo no me sentía yo mismo. El pecho era algo que me obsesionaba y que me hacía sentir bastante mal. En las relaciones sexuales me daba mucha vergüenza desvestirme y mismo al cambiarme con personas de confianza me sentía incómodo (y eso que en mi familiar nos duchamos juntos si cuadra porque no tenemos vergüenza de vernos unos a otros). Incluso me resultaba incómodo al moverme o hacer ejercicio y pillarme una teta en el sobaco, hablando en plata.

Durante esos años descubrí bastantes cosas sobre asociaciones trans y la autoaceptación del propio cuerpo y etc. y lo intenté, intenté estar cómodo en mi piel sin tener la necesidad de quitarme nada (a fin de cuentas, operarse siempre es un riesgo, riesgo del que yo era muy consciente por mis estudios, y prefería evitarlo) Pero no funcionó. Simplemente no me sentía yo mismo, tenía mucha disforia sobre mis pechos y sólo deseaba arrancármelos como fuese.

Yo tenía mucha sensibilidad en los pezones y, en general, siempre he sido una persona muy sexual, pero ni siquiera el miedo a perder esa sensibilidad hizo que consiguiera sentirme a gusto con ellos.

Así que me tiré de cabeza a la mastectomía y estuve esperando la friolera de… creo que unos 6 años para que llegase mi turno en la lista de espera porque para mí y mi familia era totalmente imposible costeárselo por privado, incluso intentando pedir un crédito. He de decir que yo tampoco iba a permitir que mi familia se endeudase por eso teniendo la opción de poder operarme por la seguridad social porque, a fin de cuentas no era una operación de vida o muerte y me sentía mal pasándoles mi carga. Pero eso es harina de otro costal.

El caso es que llegó el día y para entonces yo estaba bastante delgado y se distinguía bien el pectoral del resto de grasa y la piel del pecho así que tanto la intervención como el postoperatorio fueron buenos. Recomiendo encarecidamente que, si os proponéis una mastectomía, intentéis llegar sin sobrepeso y con un mínimo desarrollo pectoral porque es algo que va a facilitar la cirugía, reducir riesgos intramuscular y postoperatorios y va a reducir la posibilidad de que queden restos de glándula y volváis a desarrollar pecho con necesidad de re interveniros (además de que el sobrepeso es un riesgo para cualquier cirugía en términos generales). Y no lo digo por preferencias personales ni por ningún odio, cada quién es libre de quererse como prefiera, pero como cirujano y como persona trans mi recomendación para los mejores resultados y los menores riesgos es esa.


¿Y cómo fue la intervención?

Pues decidimos (más el cirujano que yo) que la mejor opción era hacer la incisión inferior, sacar y reducir los pezones (que los tenía enormes) y reimplantarlos.

Cuando me desperté todo había ido bien. El dolor postoperatorio estuvo muy bien controlado en general. Me dejaron un drenaje en cada pecho durante 2 días, para asegurarse de que no se acumulaba líquido en la zona y me lo quitaron antes del alta sin mayor complicación. Tuve que tener una faja muy apretada durante 2-3 semanas que me quitaba el aire y me fatigaba muchísimo, pero despertarme y notar que ya no tenía pecho fue una de las mejores sensaciones de mi vida.

Después vinieron los cuidados postoperatorios. Reconozco que mi mayor miedo en esos días fue quedarme sin pezones, porque había posibilidades nada despreciables de que no llegasen a pegar bien, se necrosasen y me quedase sin ellos. Mantuve la faja día y noche y me moví como un robot las primeras semanas porque no podía levantar mucho los brazos para que las suturas no se abrieran con la tensión (y porque me dolía). Creo recordar que cada 2 días tenía que levantar las vendas y limpiar las heridas (cosa con la que me ayudaba mi madre por suerte) y tuve unas gasas cosidas a los pezones durante las primeras semanas para que estuviesen lo más protegidos posibles.

Me quitaron las gasas cosidas y por suerte mis pezones se quedaron ahí y poco a poco me fui moviendo mejor, sobre todo cuando pude quitarme la faja por la noche y algunas horas al día. Reconozco que forcé un poco el movimiento de los brazos (y lo pagué con unas cicatrices anchas) porque estaba en plena época de exámenes y tuve que retomar la actividad muy pronto (o bueno, me obligué a retomarla porque me negaba a repetir las asignaturas por operarme).

Respecto a la sensibilidad, al principio me pasé meses con sensación de tener el pecho acorchado y no tenía ninguna sensibilidad. Con El Paso del tiempo he ido recuperando la sensibilidad táctil y ya no tengo sensaciones raras de hormigueo ni de tener la zona dormida. Eso sí, la sensibilidad de mis pezones ya nunca he sido la misma así que perdí un punto erógeno, pero después de todo me parece un mal menor.

También estuve mucho tiempo utilizando productos para minimizar las cicatrices, pero aunque la cicatriz inicial fue súper fina, al final se fueron agrandando por mucho producto que le echase. Algo ayudó, por supuesto, pero la cicatrización depende mucho también del tipo de piel y yo tenía muchas estrías antes de operarme, así que mi piel hizo lo que pudo.

Ahora mismo llevo 4-5 años operado y tengo unas cicatrices marrones bajo el pecho que es lo que más se nota. Hace poco volví a echarme rosa Mosquera y la verdad es que me las está aclarando mucho, con lo que no os vengáis abajo con las cicatrices porque tardan mucho en asentarse.

Ya no tengo sensaciones raras, aunque sí tengo zonas en las que no siento mucho dolor así que tengo que tener cuidado con vigilar si tengo alguna herida o algo para que no se infecte. Los primeros dos años sí que tuve algún pinchazo espontáneo mientras los nervios se iban reestructurando, pero ahora ya prácticamente no recuerdo nada de eso. Como zona erógena tengo una mínimo gustirrinín, pero nada comparado a la previa.

Otra de las cosas que me obsesionaban un poco era la localización y forma de los pezones, que es totalmente dependiente del trabajo del cirujano y de la cicatrización de tu propia piel. En mi caso estoy conforme con como quedaron y cicatrizaron bastante bien.


Por último decir que mi calidad de vida y mi seguridad en mí mismo mejoró muchísimo. Por fin pude vestirme sin asfixiarme con fajas, binders, etc y sin hacer chepa para disimular así que mejoré mucho respecto a fatiga, contracturas y posición corporal. Aun tengo algo de reparo en los vestuarios públicos por las cicatrices (más que nada porque me muevo en ámbito sanitario y la gente las reconoce), pero ya puedo ir a la playa con el pecho descubierto o quitarme la camiseta si tengo calor en El Monte.

Ah, respecto al sol, debería usarse protección total en las cicatrices siempre porque son una zona de piel que es sensible de por sí, pero durante los 6 primeros meses no debería de darles nada de sol y en el primer año es imprescindible la crema de protección total y no exponeros en las horas que pegue más el sol.


Creo que ya es suficiente para mi experiencia sobre la mastectomía. Si tenéis alguna duda sobre el procedimiento, la técnica o cualquier otra implicación podéis preguntar.


Saludos y enseñad los dientes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Presentación y hormonas

Histerectomía y doble anexectomía